Para los investigadores, los mapas constituyen desde el punto de vista del procesamiento de información, una de las fuentes documentales más complejas de abordar. Ello, por su doble naturaleza: cartográfica e histórica, así como por la variedad de características iconográficas y simbólicas que presentan.
Pese a ello, el mapa es uno de los modelos de representación y de expresión más valiosos que se posee a la hora de adentrarse en la dimensión sociológica, política e ideológica de la sociedad que lo produce. En sus trazos muchas veces -con un lenguaje no verbal- se evidencian intereses económicos, geopolíticos y antropológicos que se entrelazan y confunden con aquellos aspectos matemáticos, físicos y geográficos.
El equipo de investigadores del proyecto ha recopilado un conjunto de mapas históricos de gran valor que permiten corroborar los intereses geoestratégicos de la España isabelina a partir de la década de 1830. Más allá de la constatación de los aspectos físicos que en ellos se identifica, son muestra de la intencionalidad que tenía la Escuadra del Pacífico, ya sea para aumentar la seguridad de la marina mercante, conocer los recursos naturales que podrían resultar ventajosos para el comercio español o bien, para la instalación de una base naval o apostadero en aguas ultramarinas.